jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Edén terrenal?


Me remendaba los cojones hasta el centro del universo.
En un sueño de pastos arbolados y ríos alados,
y como todo en esta vida, también tenía su lado malo,
peces desalados y sol sin luna,
corazones perpetuos al suelo, incapaces de no amar.
Lancé mis dados y desvelé mis cartas.


Me sentía indiferente con lo diferente.
No sabia la posición de mis versos en ese edén.
Un pequeño oasis rodeado de tanto mal.


¿Quién quiere ser libre si no lo ha dejado de ser nunca?
¿Quién quiere tinta rodeado de tanto murciélago cabrón, ciego y sin cueva?


Desenfunde mis sentimientos, los arranqué de mi pésimo pecho y me dirigí a la nube mas nublada.
Me preguntó si era pato mareado, que entre tanta belleza infame y libertad seguía inconforme y sin estar.
Mis ahumados pulmones se hicieron a un lado, dando paso a mis cuerdas vocales amañadas por mis sentimientos y lanzaron al aire mi voz libre de libertad al son de: ¿Que ser humano sería si fuera feliz con lo que me das? Madre Naturaleza.